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ON COURT: 90s

Por Fernando Calleja.

ADVERTENCIA: Todo el contenido mostrado a continuación está sujeto a una total y absoluta subjetividad. Se basa exclusivamente en opinión parcial y experiencia propia con alguno de los modelos comentados.

Dicho esto, voy a hacer un recorrido por esa mágica década en lo que a calzado de baloncesto se refiere. Este tema daría para un especial de la revista así que me intentaré ceñir a las principales marcas de aquel momento: Nike (y por ende, Jordan), Converse, Reebok y adidas. Merecerían su espacio marcas como Etonic, Brooks, Avia, L.A. Gear, FILA o incluso nuestras Kelme y Joma… Quizá en otro número nos puedan proporcionar buenas historias.

Empezaré por Nike y no por azar. La firma de Oregón nos obsequió con auténticas joyas durante toda la década de los 90 y prácticamente no tuvo rival en una época en la que un nutrido grupo de marcas apostó por el baloncesto en pleno auge de la popularidad de este deporte después del despegue mediático de la NBA en la década de los 80 en la que la rivalidad Lakers vs Celtics llevó a la liga a otra dimensión. La lista de modelos podría ser interminable entre signatures de jugadores y modelos de línea. Algunas como la Nike Air Foamposite han sido reeditadas tantas veces que pertenecen a varias generaciones y se han convertido en atemporales. Quién no quería llevar las zapatillas de Penny Hardaway o Gary Payton por poner un ejemplo. O las Shake NDestrukt del díscolo Rodman. Hablando de díscolos… ¿Qué sería del calzado de baloncesto de los 90 sin todas las zapatillas que ha calzado Sir Charles? Y así podría seguir líneas y líneas: Air Maestro y Maestro II, Air Up, Air Lambaste, Air Zoom Flight, Air Command Force, Air Raid…

Hay cuatro modelos o líneas que a mí me marcaron especialmente. Empezaré con la Nike Air Force 180 y la Nike Air Force Max. Son el tipo de zapatilla por las que años más tarde sigues hablando de esto. Ambas calzadas en su día por Charles Barkley. La primera famosa por ser la que calzaba en Barcelona 92 con el Dream Team y la segunda llegó a tener su versión CB con strap cruzado al estilo de la Jordan VIII.

La segunda zapatilla que me llamó por entonces la atención por lo diferente que era a las demás era la Nike Air Flight Huarache. Trasladar el concepto de la Air Huarache al baloncesto en una zapatilla limpia, sin swoosh, provista de un calcetín interior, con esa pieza en el talón y el característico collar que dejaba a la vista el tobillo. Funcionó, ya lo creo. Eran igual de bonitas en blanco como la versión en negro que llevaban los jugadores de Michigan en la época de los Fab 5. Equipo que por cierto también calzó las Nike Air Force Max antes comentadas.   

En aquel equipo jugaban talentos de la talla de Jalen Rose o Juwan Howard pero es otro jugador de aquellos Fab 5 el que calzó ya en la NBA las siguientes zapatillas que voy a comentar. Se trata de Chris Webber y sus Nike Air Max CW que ahora os sonarán más como Air Max Sensation. Guardo un grato recuerdo de ellas y a la vez un tremendo pesar. A los pocos meses de usarlas se despegó la suela de la cámara en la parte delantera… En aquellos tiempos se podían comprar estas cosas en grandes superficies con iniciales como ECI. Sí, así era. Por suerte, mi madre siempre ha sido un hacha en estas lides y volvió a casa con un par de Air Max Uptempo 95 nuevecitas a cambio de las otras. Creo que todavía se me saltan las lágrimas en sueños.

Precisamente la saga Uptempo es con la que cerraré el capítulo de Nike. Se trata de una serie de zapatillas increíbles y conservo vivos recuerdos jugando con ellas como si el tiempo no hubiera pasado. Desde la Air Uptempo la cámara de aire fue ganando espacio hasta estar visible por toda la mediasuela. Para mi gusto solo falla la Air More Uptempo tan relanzada en estos momentos en todo tipo de combinaciones de colores. Le tendría que preguntar a Pippen si el entendía ese desproporcionado AIR en los laterales o si por contra prefería llevar unas Air Maestro. Yo lo tendría claro, me quedaría con las segundas.

El signature por excelencia es Jordan, tanto que ha acabado convirtiéndose en un gigante de la industria deportiva. He de decir, aún a riesgo de lapidación, que nunca he sido lo que podríamos calificar de fanático de Jordan. Me explico, esto es así porque a mí me encantaba Magic y en aquellos tiempos casi estábamos obligados a elegir entre uno y otro. Y me seguiría quedando con Magic pese a que en el tema zapatillas no tuviera ningún hit del éxito de los de MJ. Sí que he de reconocer que la Jordan III es una de mis zapatillas favoritas. De la década que nos ocupa, me encantaba la Jordan VI sobre todo por su lengüeta y la parte de la cámara de aire. Mi primer par de Jordan sin embargo fue una VII que disfruté hasta que la suela dijo basta y la cámara de aire quedó a la vista por el desgaste. Y a partir de ahí me quedo sin duda con la XI que he podido disfrutar ya a modo de retro en tiempos más recientes. Estéticamente es una de las zapatillas más bonitas que se han hecho.

Casualmente, la siguiente marca de la lista está ahora bajo el manto de Nike. Se trata de Converse. Las letras mayúsculas CONS fueron de lo más reconocible de los 90 y llegaron a tener algún que otro éxito de ventas gracias a fichar a jugadores con carisma y buenas campañas publicitarias. En este aspecto se lleva la palma Larry Johnson y su alter ego “Grand Ma” que hicieron de las Converse Aero Jam una zapatilla muy popular. Por mi experiencia elijo sobre todas a la línea Run’n’Slam. Y más en concreto con el segundo modelo tanto en su versión Mid como Low. Zapatilla visualmente muy atractiva y que compartía la tecnología React con la Aero Jam (denominación que ahora ha tomado Nike y que hemos visto en la nueva Hyperdunk). Su imagen era Kevin Johnson, base de Phoenix Suns que más tarde sería alcalde de Sacramento. En España las pudimos ver por ejemplo en los pies de José Miguel Antúnez, al que hemos podido ver de comentarista en el reciente Eurobasket. Era una zapatilla muy cómoda que llevaba además un fino strap en el que venían las mencionadas letras CONS. Llevo años esperando una reedición que nunca llega… El experimento fallido quizá fuera con Rodman y sus All-Star que eran terribles.

Converse además se ganó al público joven patrocinando los mejores torneos 3x3 callejeros que recuerdo. Un fin de semana que se convertía en una fiesta del basket reuniendo a jugadores de todas las edades en un ambiente fantástico.

El único resquicio de Reebok en el mundo del baloncesto queda relegado a retros puntuales. Toda una lástima que abandonara el rendimiento ya que en los 90 llegó a competir seriamente con Nike gracias a dos palabras: Pump y Hexalite. En 1990, Reebok lanzó modelos míticos con tecnología Pump que pusieron el listón muy alto a lo que estuviera por venir, eran Twilight Zone, Omni Lite y Omni Zone. Además empezó y terminó la década con grandes estrellas. En la primera parte fichó a Shaquille O’Neal dejando modelos muy recordados hoy como la saga Shaq Attaq o la Shaqnosis y otros que pasaron más desapercibidos como la Preacher Mid. Todavía conservo la cámara hinchable con su bomba Pump de las primeras. Shawn Kemp fue otra de las caras visibles con la Kamikaze. Y por supuesto, el más fiel a la marca, Allen Iverson. Sus zapatillas al principio llevaban por nombre el apodo “The Answer” para pasar después a ser “The Question”. Además de éstas seguro que a muchos os viene a la memoria la palabra Blacktop o modelos como Pump D-Time, Reverse Jam, Swingman o Blast (que calzaba Nick Van Exel entre otros). Esta última era curiosa porque no eran cromáticamente simétricas lo que hacía que pareciese que llevabas unas zapatillas de un color u otro en función del perfil en que te mirasen.

Curiosamente, la marca con la que cierro es la responsable de que Reebok ya no continúe fabricando calzado de rendimiento de baloncesto. Por lo menos están poniendo toda la carne en el asador para sacar modelos muy potentes en la actualidad con zapatillas como la Crazy Boost. Exacto, habéis leído Boost, así que hablo irremediablemente de adidas.

Durante los 90 adidas tuvo un punto divertido con la imagen de adidas Streetball y Feet your wear que caló entre el gran público de forma notable. Con Streetbal, adidas tomó el relevo de Converse en la organización de torneos 3x3 aunque he decir que sin el mismo carisma que los anteriores. Además de eso lanzaron varios modelos de zapatillas que fueron de los más vistos en las canchas. Especialmente la II y III que pese al inicial carácter outdoor de la zapatilla (sobre todo en el modelo original) también pudieron verse sobre el parqué en los pies de bastantes jugadores profesionales como por ejemplo el mismísimo Epi. Para los que hemos jugado bastante en campo de asfalto, era una buena opción. Tuve una II Low y una III High. El diseño de la Streetball II me sigue pareciendo vanguardista a día de hoy y si saliese de nuevo con tecnología actual la volvería a comprar.

Las siglas EQT (ahora tan de moda) tuvieron sus buenos momentos también en el baloncesto con modelos como la Equipment B-Ball y su calcetín de neopreno intercambiable en varios colores o la EQT Top Ten.

Los signatures de adidas en aquella década también nos dejan alguna que otra perla. Las más recordadas con el paso del tiempo puede que sean la étnica y rocosa adidas Mutombo y la adidas KB8. En los 90, adidas calzó a Kobe Bryant con modelos muy buenos como la EQT Elevation, la citada KB8 y la KB8 II. Posteriormente en los dosmiles nos obsequiaron con algunos de los signatures más surrealistas que se recuerdan. Otras pasaron sin hacer mucho ruida mereciendo más atención como la saga Real Deal para Antoine Walker. El bueno de Antoine tuvo la misma suerte administrando su fortuna que popularizando sus zapatillas.

No querría terminar sin mencionar otra zapatilla que me trae buenos recuerdos. Es la adidas Violation, calzada por jugadores como Alberto Herreros. Llevaba las tres bandas enormes en el lateral y continuaban en relieve en la suela. Zapatilla de muy buenas prestaciones que sería muy buena candidata a reeditarse.

Estos fueron mis 90s. ¿Qué modelos entrarían en vuestra selección? Daría para una buena charla, seguro.

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