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Looney Tunes x Moa llevan a Bad Bunny a nuestras sneakers

Lo sabemos: Space Jam 2 se lanzará este verano, y Nike capitalizará, una vez más, los personajes de dibujos animados de Warner Bros, lo que despertará la imaginación de una nueva generación de espectadores. Pero queremos hablar de otra cosa, al menos por ahora. Sentimos una especial simpatía por la marca italiana Master Of Arts (para amigos, MoA), fundada en 2013 en Florencia por un grupo de jóvenes diseñadores y pronto se convirtió en el centro de dos proyectos de colaboración bastante importantes.

La primera fue con los personajes de Disney y la nueva con los personajes de Looney Tunes. Para la primavera de 2021, MoA ofrece su clásico modelo de cancha Master Flips, revisado gracias al estampado Looney Tunes Family en la parte superior de cuero blanco.

Durante casi un siglo, los Looney Tunes han sido parte de la cultura pop estadounidense, tanto que es difícil imaginar un mundo sin ellos: Speedy González, Bugs Bunny, Wile E. Coyote, Silvestro y Titti. Pero personajes tan clásicos no salieron de la nada: fueron fruto del trabajo de una generación de artistas.

Pero vayamos en orden. Todo surge del genio del fundador de la animación estadounidense: Walt Disney. Fue su “divorcio” del productor Charles Mintz en 1928 lo que obligó a los directores Hugh Harman y Rudy Ising a mudarse a Warner Bros junto con algunos animadores que estaban desempleados. Al principio, esos profesionales simplemente copiaron la ya enormemente popular serie Silly Symphonies de Disney. Pero pronto habría cambios capaces de transformar a los Looney Tunes en algo completamente diferente a Disney, o mejor dicho: diferente a cualquier otra cosa, punto.


De hecho, en 1934, Harman e Ising se mudaron nuevamente, esta vez a MGM, dejando todo en manos del productor Leon Schlessinger, quien se puso a trabajar para armar un nuevo equipo de animadores para continuar la serie. A pesar de los Warner Bros No parecía invertir mucho en dibujos animados: los estudios mismos eran poco más que una choza destartalada.

Los clásicos Looney Tunes, de hecho, nunca han podido permitirse la animación maravillosamente detallada de Disney o MGM. Pero, por otro lado, el poco dinero de la empresa matriz también significaba poco control y mucha libertad artística. Schlessinger y sus animadores empezaron a marcar nuevos puntos de referencia, encontrándolos en las payasadas y la comedia caótica de comediantes como los hermanos Marx o Laurel y Hardy. Así nacieron el Pato Lucas, Porky Pig y, en 1938, un conejo de lavado llamado Bugs Bunny. El resto, como ellos dicen, es historia.

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