Post by Kike Marina
Bnomio es un diseñador gráfico hiperactivo, podemos ver sus trabajos en las calles, galerías de arte, publicidad o tatuajes. Y sobre todo, es un personaje fundamental si hablamos del diseño en Madrid. Muchos dirán que simplemente es un personaje. Aunque sea tan complejo que necesitó ponerse el nombre de dos.
Se sorprendió cuando le propuse hablar de zapatillas. Él visita más páginas de diseño que de zapatillas, no busca en eBay su Santo Grial y a veces no recuerda el nombre exacto de la sneaker que lleva puesta. Pero su discurso no está disponible en wallapop. No esperes demasiadas zapatillas en su obra, su inspiración llega de lo que hace con ellas. Si ves una Cortez en sus diseños es porque hay toda una historia personal detrás. Pero tranquilos, que esa nostalgia no implica una glorificación del pasado, sino un análisis crítico y con fundamento de lo nuevo.
Bnomio se recuerda en los ochenta mirando a los pies de los grupos de rock, una generación olvidada que creció buscando en sus vídeos VHS las zapatillas de Anthrax, Megadeth o Slayer. Ser heavy era casi la única opción distinta a la masiva. Llevar zapatillas era la manera de parecerte a tus ídolos. En realidad, en los años ochenta, aquellas zapatillas eran difíciles de conseguir en la península, pero al menos podías contentarte con unas J´Hayber que te encargabas de customizar para que se parecieran a las zapatillas de tus ídolos rockeros. Pero eso era mucho antes de que supiéramos el significado de la palabra customizar. Y un clásico de la cultura zapatillera tremendamente cruel; en un momento en el que los divorcios eran una rareza, los hijos de divorciados tenían las mejores zapatillas. Y las zapatillas se usaban para todo, al no haber redes sociales, el único modo de decirle al mundo que tenías unas zapatillas impactantes era llevarlas siempre.
Tal y como lo ve Bnomio, huir de las masas en los ochenta era ser heavy a principios y skater a finales. La gran cantidad de gadgets del skate era perfecta para alguien con el sentido fetichista de Bnomio, que cuando jugaba al fútbol prefería quedarse en la portería porque así podía ponerse guantes. Y recordemos que el portero siempre ha sido el incomprendido.
En el skate mandaba la marca Airwalk y todos querían su modelo estrella, la Airwalk Vic. Nadie sabía exactamente de dónde venía ese nombre, pero algunos que habían conseguido revistas americanas aseguraban que había publicidad de Airwalk Vic protagonizada por un tal Victor Novettipolae. Tardamos muchos años en descubrir que todo era un montaje de Vic, que había creado un personaje ficticio y había diseñado para él unas zapatillas. Si en los 80 hubiéramos tenido google translator hubiéramos comprobado que Novettipolae significaba “zapatillas nuevas” en yugoslavo. Por lo tanto, Vans seguía quedando como referente cultural del surf y skate.
Tal y como recuerda Bnomio, los noventa en Madrid eran New Balance y Air Max. Del skate se pasó a la cultura de clubes, que es el modo elegante de hablar de una época que todo el mundo recuerda como el bakalao. Muchas horas bailando implicaba decirle adiós a las zapatillas de baloncesto. Y la noche atraía a los elementos reflectantes.
El hedonismo de esos primeros noventa supuso una batalla por mostrar que podías permitirte la zapatilla más cara. Ahí New Balance y Air Max reinaban por lo que contaban. Zapatillas que solo se comprendían a nivel local porque tenían un significado diferente en cada lugar.
Bnomio es capaz de relacionar cada zapatilla con unos referentes culturales. Pero cuando llegamos a la actualidad comienzan los problemas, ahora los referentes son estéticos, no culturales. Si hablas de Airwalk, eres capaz de recordar leyendas del skate local. Si hablas de Yeezy solo podrás hacer un listado de las celebridades que la llevan o las batallas por una puja en internet. Las zapatillas y las modas van tan rápido que no hay tiempo de crear una cultura alrededor. Antes de que las Yeezy lleguen a las calles ya nos ofrecen falsificaciones. Puedes quejarte, contar que antes todo era maravilloso. O mirar alrededor y pensar ¿qué es lo siguiente?
Buenas tardes. Me gustaría contactar con Kike Marina por un tema profesional. Gracias.