El fútbol sala es uno de los primeros deportes de equipo que empezó a dar alegrías en forma de victorias a nuestro país. Por desgracia, mediáticamente no acapara los focos a la altura de su pa-riente “deporte rey” ni cuando se cosechan estos éxitos. Dos títulos mundiales y siete Eurocopas lucen en nuestras vitrinas. Casi nada…
Uno de los responsables de los primeros éxitos y de marcar el camino a seguir para que llegaran los siguientes fue el hispano-brasileño Paulo Roberto. Piedra angular de la selección española que ganó la primera Eurocopa en 1996 y que destronó a Brasil en el mundial de 2000. Puede que fuera el primer jugador icono de fútbol sala y si algo me viene a la cabeza cuando lo recuerdo jugando es su calzado Munich.
En la actualidad, muchos asociaréis a la marca barcelonesa con moda. No
obstante, sus modelos actuales de moda son la herencia de su tradición deportiva iniciada en 1939. Y si en un deporte han destacado por encima de otras marcas es en el fútbol sala. Modelos como Goal, Gresca y Continental eran los preferidos de los jugadores más finos y técnicos y copaban las pistas tanto en el ámbito profesional como en el amateur.
La mayor prueba es que los dos últimos modelos siguen todavía en el mercado como calzado específico de futsal. Inclusoya en la década de los 90 se veían bastante en la calle, un preludio del éxito que tendría el salto de las pistas al streetwear del modelo Goal en 2000.
Paulo Roberto era uno de esos deportistas tocados por una varita en forma de condiciones técnicas pero también con un carisma personal que le hizo ser la imagen de nuestra liga y el referente de nuestra selección nacional. Su apodo “Maravilla” da una clara idea de lo que fue en la pista. Después de retirarse continuó vinculado a Munich promocionando contratos con deportistas y realizando campus en Murcia, ciudad donde es una institución tras su paso por El Pozo Murcia.