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Key Cities

Hubo un tiempo en el que podíamos comprar casi cualquier zapatilla entre grandes superficies y tiendas de deportes de barrio. Accesibilidad para todos independientemente de dónde viviésemos. Era maravillosa la sensación de llegar a una gran superficie y encontrar desde una Air Max CW o Uptempos hasta una Shaq Attaq o una Streetball. Esperabas a que la minúscula tienda de barrio que tenías fichada recibiese nuevo material entre el que se encontraban joyas que solo habías visto en revistas. O esa tienda de deportes en la que podías comprar unas Jordan o el último modelo de Air Max. No había releases semanales, ni raffles ni nada parecido. Era mucho más romántico que ahora pero también mucho más práctico y es que lo más importante de aquello era que podías comprar lo que querías sin volverte loco.

A lo largo de los dosmiles hemos empezado a llamar a todo por su término en inglés porque mola mucho más aunque tengamos un idioma mucho más rico. Uno de esos términos es el de Key City. Éste en concreto es uno de los que está provocando que aquello de comprar lo que nos gustaba sea cada vez más difícil si no vives en una de esas ciudades. Y en España, pese a que no es un país precisamente pequeño, todos los focos y esfuerzos van a Madrid y Barcelona. Las grandes marcas (dos para ser más exacto) se empeñan de surtir de producto supuestamente muy limitado a un montón de tiendas en estas dos ciudades cada fin de semana. Todos los sorteos, colas y fotos que puedas ver en redes sociales son para las mismas zapatillas y para un determinado número de tiendas que en algunos casos están todas apiñadas en un kilómetro a la redonda. Entre tanto, en el resto de puntos del país la única oportunidad de acceder a esos (repito, supuestamente) limitados lanzamientos es participar en sorteos online y rezar para que a las tiendas de nuestras respectivas ciudades llegue alguna unidad o algún lanzamiento de “menor” categoría. Vemos como retiran incluso algunas cuentas de nuestras tiendas locales sin explicárnoslo porque el producto se vendía… Pero claro, la estrategia de la marca es otra. Por eso y más cosas, si ya es difícil mantener un negocio de zapatillas en una Key City, imaginad en una que no lo es. Unas páginas más adelante os lo contará el equipo de Edonora de primera mano.

Y si todo va encaminado a que las marcas únicamente vendan en sus webs y aplicaciones, he de decir que al menos a mí me parece una auténtica castaña. Porque igual que me gusta seguir leyendo en papel también me sigue gustando ir a una tienda de zapatillas, tocar el producto in situ y hablar con una persona.

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