Los noventa fueron una apoteosis. Mucho de laca, de pelo quemado por tintes, de hombrera y brillo, de zapatillas tochas y tela vaquera. Pero hubo un tiempo donde el chuleo o, dicho de manera formal, status social, se evidenciaba hacia los demás de una forma cuanto menos que evidente. Y eso ocurría a través del logo. Porque seamos sinceros, no era lo mismo llegar al ‘cole’ con tu nueva sudadera de Levi’s, con el logotipo en tamaño dos por dos casi cegador, que con la camiseta de Curro de la Expo 92 de Sevilla. El logo marcaba la clase social, un rango superior, dejando en evidencia el poder adquisitivo del portador. El logo ha marcado en gran medida el crecimiento de las marcas de zapatillas, me atrevo a decir que por encima a veces incluso del diseño.

Las casas de moda aprendieron de ello también en los noventa. Exponer el logotipo daba estatus de marca; posicionamiento frente a otras empresas.

Además, lo que diferencia a esta tendencia de otras es el carácter de visibilidad externa que el logotipo tiene y el recorrido tan influyente que ha tenido siempre, siendo parte importante del diseño o incluso un paradigma artístico en sí mismo.

Adidas Gazelle by AdidasxGucci

La logomania ha sido adoptada por todas las marcas sin excepción y para un amplio público, incluyendo a varios tipos de cliente: desde el más arriesgado, hasta el más recatado.

Las colaboraciones entre casas de moda y marcas deportivas son un gran ejemplo del poder del logo: Jacquemus, Gucci, Prada, Margiela, Dior… todas ellas tienen sus colaboraciones con las grandes marcas deportivas, y la conjunción de logotipos en unas zapas, hace que se alcancen precios muy elevados en las reventas.

Humara Sneakers by Nike+Jacquemus

Y es que el logotipo no es una tendencia cerrada, sin capacidad de evolución, sino que prácticamente puede tocar todos los palos que quiera e incluso integrarse en otras tendencias actuales y futuras, y esto es algo que la diferencia de otras. La logomania ha estado, está y estará presente, porque es una tendencia maleable y que se puede adaptar a las exigencias de cada público y momento. No bebe de ninguna tendencia pasada, sino que es un arte en sí mismo, con vida propia, y que se integra de forma natural en el mundo de consumo actual.

Tabi sneakers by Maison Margiela x Reebok

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