El Fastbreak nació como un par de baloncesto usado en la primavera de 1984 para competir en las pruebas americanas para los Juegos Olímpicos que se celebrarían en verano en Los Ángeles.
Las pruebas tuvieron lugar en Bloomington, Indiana, bajo la atenta mirada de una leyenda de la NCAA como Bobby Knight, un entrenador famoso por sus métodos decisivos y ciertamente no impresionado con el talento en toda regla de Jordan.
Michael Jordan, tras el último partido de preparación en San Diego, el 25 de julio de 1984, regaló las zapatillas al hijo adolescente del médico de la selección, tras haberlas fichado junto a otros compañeros, incluido el futuro miembro del Salón de la Fama y compañero de equipo del primer Dream Team, Chris Mullin. No hace falta recordar que el equipo olímpico estadounidense ganó el oro en baloncesto en Los Ángeles 1984, ni que a partir del año siguiente Michael Jordan calzaba otro par de zapatillas.
Recordemos, en cambio, que cualquiera con suficiente líquido o miles de dólares necesarios para encontrar ese famoso par de zapatillas, podrá llevarse a casa no solo el partido de Converse usado, sino también un bolso Converse vintage y una camiseta de los Juegos Olímpicos del 84. Paquete caro, pero completo al menos.
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